Editorial: Planeta
Nº de páginas: 296
Precio: 17´90€
Tomo: 1/3
Una rima no tiene que ser perfecta para conectar dos corazones. Sin haber superado aún el duro golpe que supuso la muerte de su padre, Layken y su hermano Kel deben mudarse a Michigan, donde su madre ha encontrado trabajo como enfermera. Nada más llegar, Layken congenia con el vecino de enfrente, Will. Entre los dos surge algo especial, que no son capaces de poner en palabras…todavía. Tras una primera cita, Lake ve Michigan con otros ojos y está dispuesta a darle una oportunidad, pero cuando empiezan las clases en el nuevo instituto descubre que Will es su profesor de poesía…
Opinión personal:
Esta es, sin duda, una de las novedades editoriales más esperadas por mi parte para este año. Además, todo el mundo me había recomendado encarecidamente a esta autora y, aunque conocía algún otro libro suyo que me llamaba, ninguno lo hacía tanto como este. La conjunción de todos estos elementos han sido, quizá, uno de los motivos por los que no conseguí disfrutarlo tanto como esperaba.
Lake es una chica de dieciocho años que debe partir de cero seis meses después del fallecimiento de su padre. Cuando todavía no ha superado su pérdida, su madre les informa a ella y a su hermano pequeño de que deben mudarse, ya que los ingresos que percibe no le permiten mantener una casa como la que ha sido su hogar durante toda su vida.
A raíz de esto, Lake, su madre y su hermano se mudan a una ciudad en la que no conocen a nadie, con un clima diferente y un hogar cuyas condiciones de vida no son tan óptimas como lo eran en su anterior vivienda. Por suerte, desde el preciso momento en que llegan aparece en sus vidas Will, un chico cuyo hermano pequeño se convierte inmediatamente en amigo del hermano de Lake y el cual no duda en brindarles toda su ayuda para lo que necesiten.
La química entre Lake y Will es instantánea. Su nuevo vecino le permite olvidar temporalmente el motivo que la ha llevado a ella y a su familia hasta allí pero, sobre todo, le permite sentir cosas que nunca había sentido y esto hace que su adaptación al lugar sea mucho más sencilla. Aunque los dos viven una especie de romance de lo más apasionado y tierno, a la semana de llegar Lake comienza el instituto y descubre que Will será uno de sus profesores. Esta será una importante traba para su relación ya que supondrá que él tenga que renunciar a todo por ella o bien que los dos traten de olvidarse el uno del otro.
Como os decía al comienzo de la reseña, sé que mis altas expectativas han contribuido al hecho de que el libro no me haya gustado todo lo que me esperaba pero esto no significa que no lo haya disfrutado o que no tenga pensado continuar con la trilogía. Me ha resultado una historia entretenida, sin más, una historia para pasar un buen rato a pesar de que no se haya convertido en mi mejor lectura del año.
En definitiva, Amor en verso es una historia de lo más sencilla, una mezcla de amor y drama, con una protagonista un tanto inmadura y una relación amorosa que, a mí parecer, surge de manera demasiado precipitada. Una lectura recomendable para pasar un rato entretenido.
A raíz de esto, Lake, su madre y su hermano se mudan a una ciudad en la que no conocen a nadie, con un clima diferente y un hogar cuyas condiciones de vida no son tan óptimas como lo eran en su anterior vivienda. Por suerte, desde el preciso momento en que llegan aparece en sus vidas Will, un chico cuyo hermano pequeño se convierte inmediatamente en amigo del hermano de Lake y el cual no duda en brindarles toda su ayuda para lo que necesiten.
La química entre Lake y Will es instantánea. Su nuevo vecino le permite olvidar temporalmente el motivo que la ha llevado a ella y a su familia hasta allí pero, sobre todo, le permite sentir cosas que nunca había sentido y esto hace que su adaptación al lugar sea mucho más sencilla. Aunque los dos viven una especie de romance de lo más apasionado y tierno, a la semana de llegar Lake comienza el instituto y descubre que Will será uno de sus profesores. Esta será una importante traba para su relación ya que supondrá que él tenga que renunciar a todo por ella o bien que los dos traten de olvidarse el uno del otro.
Lake es un personaje que me ha resultado total y absolutamente inmaduro. Entiendo que muchas personas no coincidan conmigo porque es cierto que la chica pasa por situaciones muy duras para alguien de su edad pero la manera en que afronta ciertos temas me han hecho odiarla por momentos. Además, es un personaje al que no siento que haya conocido lo suficiente porque, tanto puede mostrarse como la persona más egoísta del mundo en determinados momentos, alguien que no ve más allá de sus propios problemas, como se puede mostrar como alguien que está dispuesto a dejarlo todo por los demás. Me resulta muy difícil hacerme una idea clara de ella porque sus actuaciones me han parecido, en ocasiones, contradictorias.
Will es un personaje que sí me ha encantado. Es un chico muy maduro, que ha tenido que crearse una nueva vida para salir adelante, que tiene claras cuáles son sus prioridades y que puede ser la persona más romántica del mundo pero que también sabe cuándo tiene que detenerse si no quiere destruir todo lo que ha construido. Me ha parecido sensato, sumamente tierno, generoso y sensible. Ama la poesía, y es por ello que se dedica a dar clases sobre el tema. Lleva una vida poco acorde a su edad y esto hace que tenga que pasar por situaciones que hacen de él un personaje entrañable.
Hay dos elementos que no me han convencido de esta historia. Uno de ellos, es el modo tan precipitado en que surge el romance entre los dos protagonistas. No me cansaré de repetir que muy difícilmente una historia que surge en menos de una semana puede llegar a gustarme y este ha sido, tristemente, el caso. No me puedo creer al cien por cien una historia que, a la semana de conocerse, lleva a los protagonistas a ser incapaces de vivir el uno sin el otro.
Hay dos elementos que no me han convencido de esta historia. Uno de ellos, es el modo tan precipitado en que surge el romance entre los dos protagonistas. No me cansaré de repetir que muy difícilmente una historia que surge en menos de una semana puede llegar a gustarme y este ha sido, tristemente, el caso. No me puedo creer al cien por cien una historia que, a la semana de conocerse, lleva a los protagonistas a ser incapaces de vivir el uno sin el otro.
El otro elemento que no me ha convencido es la frivolidad con la que se trata un tema muy delicado que abarca este libro. No os diré a qué tema me refiero porque sería desvelaros un elemento importante de la trama, pero he tenido la sensación de que se trata de dar normalidad a un asunto extremadamente delicado. Esta es simplemente mi opinión, entiendo que mucha gente vea bien que este tema se trate con un cierto toque de humor pero, en mi caso, me ha resultado un tanto desagradable cómo ha llevado la autora este tema.
Aunque he destacado muchos elementos negativos de este libro, también hay muchas otras cosas que me han gustado. La parte dramática me ha resultado de lo más interesante aunque no me haya sentido satisfecha con cómo se trata el tema. Creo que es un elemento muy importante para que la trama no caiga en la monotonía porque, desde luego, el libro no me ha resultado aburrido en ningún momento.
Como os decía al comienzo de la reseña, sé que mis altas expectativas han contribuido al hecho de que el libro no me haya gustado todo lo que me esperaba pero esto no significa que no lo haya disfrutado o que no tenga pensado continuar con la trilogía. Me ha resultado una historia entretenida, sin más, una historia para pasar un buen rato a pesar de que no se haya convertido en mi mejor lectura del año.
En definitiva, Amor en verso es una historia de lo más sencilla, una mezcla de amor y drama, con una protagonista un tanto inmadura y una relación amorosa que, a mí parecer, surge de manera demasiado precipitada. Una lectura recomendable para pasar un rato entretenido.