Reseña El año que el mundo se vino abajo- Clare Furniss

Autora: Clare Furniss
Editorial: Salamandra
Nº de páginas: 256
Precio: 14´50€
Tomo: Autoconclusivo

A sus dieciséis años, perder a su madre es lo más espantoso que le ha tocado vivir a Pearl, un golpe brutal, inesperado, que sacude los cimientos de su vida. El dolor es tan insoportable que no puede evitar canalizarlo hacia su hermana recién nacida, a quien echa la culpa de la tragedia y no podrá perdonar jamás. Y ahora nadie, ni su padre, ni su abuela, ni su mejor amiga ni desde luego su hermanita conseguirán echar abajo el muro defensivo que ha erigido a su alrededor. Pero ¿y si la madre de Pearl no hubiera desaparecido del todo? ¿Y si siguiera, en cierta forma, presente? El mundo puede dar un vuelco en cualquier momento y, cuando eso ocurre, lo más importante es encontrar algo a lo que aferrarse...

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Opinión personal:
Tenía ganas de leer este libro por el tema tan diferente que trata. No suelo leer demasiadas historias que contengan drama pero, como la sinopsis de este libro dice que está contada con un ápice de humor, tuve todavía más ganas de leerlo porque tampoco me apetecía meterme de lleno en una historia totalmente lacrimógena.

Pearl acaba de perder a su madre. Nada ha sucedido como ella esperaba porque, en un instante de felicidad plena, todo cambia y la vida de Pearl y de toda su familia se desmorona de un momento a otro. La madre de la chica está a punto de dar a luz a su hermanita y, lo que tendría que dar lugar a la felicidad absoluta, da paso a todo lo contrario.

Pearl se encuentra de un momento a otro y con solo dieciséis años sin una madre que la escuche y la guíe por la vida y su lugar lo ocupa una niña recién nacida a la que no tiene ganas de soportar. Justo en el momento en que ella necesita tranquilidad y tiempo para reflexionar, tiene que abrir las puertas de su hogar a un bebé que debería traer felicidad pero que para ella solamente trae problemas.

La adolescente tendrá que aprender a vivir sin su madre, a convivir con su hermana y a compartir las atenciones de su padre. Su relación con él siempre ha sido maravillosa y no entiende por qué desde que la tragedia ha sucedido ya no puede verlo con los mismos ojos. Pearl siempre ha sido una adolescente ejemplar pero últimamente ya nadie la reconoce, ni tan si quiera su mejor amiga.

Pearl me ha parecido un personaje adorable. La he entendido y he empatizado tanto con ella que me ha sido imposible no adorarla. Sus reacciones son más que cuestionables pero es precisamente eso lo que la convierte en un personaje tan especial. Poco sentido tendría que una chica que acaba de perder a su madre se muestre impasible ante ello. Pearl es una chica a la que le cuesta afrontar su nueva situación, que expresa su dolor a través del rencor y la autocompasión y todo esto la convierte en un personaje tan ideal que me ha cautivado por completo.

No os voy a negar que durante el libro se viven momentos realmente duros. Esto se debe en buena medida al hecho de que la historia esté contada de una forma muy realista. Pero, lo que me ha sorprendido de forma positiva es que, pese a ese realismo, la autora no cae en el dramatismo y es capaz de transportarnos a una historia en la que es muy sencillo meterse en la piel de los personajes, compartir su sufrimiento pero sin hacernos soltar una lagrimilla constante que apenas te permita disfrutar de la historia.

El libro abarca muchos temas. Está claro que el principal es el fallecimiento de la madre de Pearl y su forma de afrontar esa triste pérdida pero también se mete de lleno en temas como la amistad, el amor y el autodescubrimiento. Pearl sufrirá una evolución brutal a lo largo del libro y conoceremos a un personaje que se aleja mucho de lo que es en realidad, un personaje que se transforma a medida que avanza el libro y cuya evolución resulta de lo más natural.

Pese a todo el dolor de los personajes, el libro me ha parecido precioso. Cuenta con 250 páginas en las cuales los sentimientos están a flor de piel en todo momento. Yo no puedo dejar de recomendároslo porque me ha maravillado la forma en que la autora trata el tema. Nos demuestra que es posible llegar al lector, hacerle partícipe de tal sufrimiento, sin hacer de ello un drama constante.

Absolutamente todos los personajes secundarios me fascinaron. Creo que están muy bien construidos y que, pese a su menor protagonismo, también ellos sufren una evolución. Me ha encantado la forma en la que ellos afrontan el tema, cómo se equivocan en numerosas ocasiones y cómo no siempre tienen las palabras adecuadas.

En definitiva, El año que el mundo se vino abajo es un libro que me ha fascinado por la naturalidad con la que abarca el tema de la muerte, sin caer en dramatismos innecesarios y con unos personajes maravillosamente bien construidos. Totalmente recomendable.

 

Gracias a Boolino por el envío del ejemplar.