Balance primer semestre de año 2020

¡Hola! Como la semana que viene se termina junio, me gustaría hacer un balance de este primer semestre del año. Han sido unos meses un poco raros así que han cambiado un poco las circunstancias de todos nosotros. 

Yo empecé el año bastante estresada con el TFM así que no leí en enero y principios de febrero todo lo que me habría gustado pero, una vez presentado, me vine arriba y empecé a leer bastante. Poco me duró ese buen momento porque a mediados de marzo tuvimos que confinarnos y, a partir de ahí, empezó mi declive.

Como ya os comenté un montón de veces, a mí el tema del confinamiento me afectó bastante a nivel psicológico (de hecho, toda esta situación aún sigue superándome). Lo pasé fatal al principio, no solo por el hecho de no poder salir ya que, aunque soy una persona que sale bastante, tampoco puede decirse que me pase muchísimas horas al día haciendo vida social. Lo que en realidad me afectó fue el miedo y la incertidumbre, fue un horror y es por ello que no entiendo que la gente se lo esté tomando todo a guasa, no por el hecho de que vayamos a terminar confinados de nuevo porque eso al fin y al cabo es lo de menos, sino porque eso supondría más muertes y más vidas en juego, además del lógico y terrible impacto económico y, sinceramente, es algo por lo que no quiero volver a pasar y, si pasa, que sea porque no lo podamos evitar y no porque seamos unos inconscientes.

Pues bien, toda esta situación afectó terriblemente a mi ritmo de lecturas porque no tenía la cabeza como para concentrarme en lo que leía. Sentía que los libros iban pasando por mis manos sin pena ni gloria y sé que, muchos de ellos, los habría disfrutado más de haberlos leído en otro momento y con los cinco sentidos puestos.

A mediados de mayo empecé a remontar y comencé a sentir de nuevo ilusión por leer. No puedo decir que haya superado esa especie de crisis lectora al 100% porque sigo sintiendo que no leo al mismo ritmo y que me cuesta bastante avanzar pero, en general, creo que poco a poco estoy volviendo a ser la lectora empedernida que era.

Como punto positivo, he de decir que este año y debido a esas extrañas circunstancias, he aprovechado para sacarme muchos pendientes de encima. Las colaboraciones editoriales se redujeron, las visitas a la librería eran imposibles y, por lo tanto, tocaba tirar de libros que llevan años en mi estantería. Esto es algo que me ha encantado porque así he podido leer, por fin, libros que de no ser por esto seguirían ahí hasta dentro de mucho tiempo y, aunque todavía siguen estando a rebosar, he rebajado el volumen de manera considerable y me encanta verlas un poco más vacías (yo tengo una estantería para los pendientes y todas las demás para los ya leídos) porque ya era muy necesario.

Una vez que hemos podido salir a la calle, una de mis primeras visitas fue a mi adorada librería de siempre porque, increíblemente, es de las cosas que más he echado de menos en el confinamiento y, con eso, empecé a ilusionarme bastante con leer de nuevo.

A estas alturas de año llevo un total de 40 libros leídos. Me he puesto como reto en Goodreads llegar a los 100 al finalizar el año pero creo que no lo conseguiré. Todo depende, como es lógico, de mis circunstancias, que todavía no sé cuales serán. Y es que también estoy pasando por una especie de crisis personal que ya pasé cuando terminé la carrera porque, al finalizar el máster me encuentro con bastante miedo sobre mi futuro y no sé si de aquí a final de año voy a encontrar trabajo (esperemos que sí). Dependiendo de eso, conseguiré cumplir mi reto de 100 libros o no.

Y en cuanto a lecturas, pues bueno, tampoco se puede decir que esté teniendo grandes lecturas y sí varias decepciones considerables. A ver, no me quejo, he tenido un poquito de todo, pero no se puede decir que esté siendo un año de lecturas fabulosas.

Y a vosotros, ¿cómo os ha ido en este primer semestre de año? ¿creéis que conseguiréis vuestros objetivos de aquí a final de año?

¡Un besote! ¡Nos leemos!