Reseña El faro de los amores dormidos- Andrea Longarela

Autora: Andrea Longarela

Editorial: Crossbooks

Nº de páginas: 496

Precio: 17´95€

Tomo: Autoconclusivo

 

Varela de Mar es un pueblo pequeño y tranquilo. Doscientos treinta y tres habitantes. Una playa que desaparece cuando sube la marea. Un faro abandonado.

Por eso Alba no lo visita desde hace cinco años. Bueno, por eso y porque allí fue donde aprendió lo que duele el amor y la herida aún escuece.

Sin embargo, en Varela también está Pelayo, su abuelo, que ha comenzado a olvidar y que ahora la necesita. Y también los recuerdos que dejó en sus calles cuando se marchó sin mirar atrás. Y Enol. El chico de las conversaciones raras, la obsesión por las mareas y que parece haber nacido en la época equivocada.

Un regreso inesperado, un faro lleno de secretos y dos historias inacabadas que, quizá, se merecen la oportunidad de un nuevo final.

 

Opinión personal: 

Andrea Longarela es una autora fija en mi estantería y, de vez en cuando, me gusta adentrarme en alguna de sus historias. Sin embargo, pese a que tenía tres libros suyos pendientes de lectura en la estantería, creo recordar que el año pasado no me atreví con nada suyo así que, este 2024 no podía dejarlo pasar.

La vida de Alba se encuentra patas arriba y es por ello que, de acuerdo con su madre, decide regresar a Varela, el lugar en el que pasó muchos de los veranos de su vida. Y es que ella no sabe qué desea estudiar, cómo enfocar su futuro y, debido a que su abuelo padece alzheimer, cree que puede hacer algo útil acompañándole en la enfermedad.

Pero en ese lugar que tanta felicidad le dio tiempo atrás, Alba también ha dejado muchos flecos sueltos, pues allí se encuentra Enol, un chico de lo más excéntrico que fue, en el pasado, su amigo y algo más que eso. Entre ellos existía una química brutal, pero algo sucedió que hizo que su relación ya nunca fuera la misma.

Es por ello que, en ese camino de reencontrarse a sí misma y cuidar a su abuelo, las emociones no dejarán de llegar a su vida. Por un lado, descubrirá que el anciano guarda un secreto que ella jamás pudo esperar, por lo que hará todo lo que esté en sus manos para terminar de descubrirlo y, por el otro, debe enfrentarse a lo que Enol le produce todavía en el presente.

Alba es un personaje que no me ha gustado. Esperaba en ella una mayor evolución, pues se nos presenta en un inicio a una chica inmadura que no sabe qué necesita en su vida, pero tampoco me ha dado demasiado la sensación de que realmente lo fuera descubriendo según el paso de las páginas. Creo que es una chica demasiado centrada en sí misma, egoísta, pero dispuesta a decir siempre la verdad. Me ha molestado un poco que va pegando tumbos y a veces toma malas decisiones, pero bueno, supongo que también está ahí el encanto del personaje.

Enol tampoco ha llegado a conquistarme. Es un chico que ama Varela y el mar. Ahí creció y tiene claro que nunca desea marcharse de ahí, pues es tremendamente feliz con sus paisajes.  Es muy inteligente y generoso, profundo, no introvertido pero sí con ciertas dificultades a la hora de relacionarse. Creo que reúne las características suficientes para que se convierta en un ser adorable para el lector pero, en mi caso, no ha sido así, pues me ha faltado algo en él.

Si algo me ha sorprendido de este libro es que cuenta con cuatro voces narrativas. Tenemos, por un lado, la de los protagonistas, Alba y Enol, pero también la del mar, que se convierte casi en un personaje más del libro debido a su fuerza y a su importancia en la historia. Me ha parecido de lo más original y la autora me ha ganado mucho en este sentido. Y, por último, tenemos al abuelo de Alba, quién también tiene su historia.

 

Uno de los aspectos positivos del libro es, a mi parecer, la ambientación. Se nos describe Varela como un lugar maravilloso, en el que apenas hay gente, con su esplendoroso faro y con su impresionante mar. Sí que he sentido mucha magia en el lugar, y eso no siempre se consigue.

Si hay algo que me enamora de los libros de Andrea Longarela es su manera tan tierna de contar las historias, que hacen que enseguida conectes con los personajes y que sientas cómo la química sobresale de las páginas. Sin embargo, en este caso no lo he sentido así, pues apenas he disfrutado de los momentos en conjunto de los protagonistas y me ha faltado chispa en su relación.

Me ha parecido mucho mejor la trama del abuelo y su secreto. Me ha parecido muy bonito y muy triste a la vez cómo se va desarrollando todo, y también resulta dura su historia, pues tengamos en cuenta que padece una grave enfermedad y siente cómo los recuerdos se le van escapando. Me ha dado mucha pena en este sentido, y creo que es de lo mejorcito del libro.

Teniendo en cuenta las circunstancias del señor, esperaba que la relación entre nieta y abuelo fuera mucho más tierna y profunda. No obstante, también en este sentido me ha fallado la historia, pues daba la impresión de que eran auténticos desconocidos entre los que apenas existía amor cuando está claro que no es así. Siempre os digo que adoro leer sobre este tipo de relaciones y lo paso realmente mal con ellas porque yo apenas he podido disfrutar de mis abuelos pero, en este caso, no ha conseguido enternecerme lo suficiente.

Se trata de un libro de cerca de 500 páginas y capítulos muy cortitos que van alternando las diferentes voces narrativas. A mí esta lectura se me ha hecho muy cuesta arriba y me costó bastante terminarlo. Creo que es la primera vez que me pasa con un libro de la autora, pues me ha dado algunas de mis mejores lecturas de años anteriores pero, en esta ocasión, no ha sido lo que esperaba, pues se me ha hecho lento y carente de emoción.

Puedo decir que me he topado con mi primera gran decepción del año. Este libro era una apuesta segura para mí, pero apenas he conseguido disfrutarlo. Encontré en él más cosas negativas que positivas y nunca me había pasado esto con la autora. Pese a ello, quiero seguir descubriendo sus mágicas historias por lo que espero poder leer a lo largo de este año, los dos libros suyos que tengo pendientes en la estantería.

 

En definitiva, El faro de los amores dormidos ha supuesto una gran decepción para mí, pues los protagonistas no me convencieron, su romance me ha parecido demasiado inmaduro y carente de química y solamente podría destacar como aspectos positivos la ambientación y la historia del abuelo.