Editorial: Tusquets
Nº de páginas: 512
Precio: 21´90€
Tomo: Autoconclusivo
España en un futuro próximo. Un nuevo partido político llamado
Movimiento Ciudadano ¡Soluciones Ya! ha arrasado en las elecciones.
Quien lo dirige en la sombra es un empresario de éxito que propugna que
el Consejo de Ministros funcione como un consejo de administración, y
que tiene proyectos ambiciosos para arreglar el país. Tras la alarma de
una ola de vandalismo, formará un nuevo cuerpo de Vigilantes, tras un
Gran Apagón creará un acceso limitado a internet, y, ante las
dificultades, estimulará la libertad de compras y consumo. Todas ellas
serán medidas extraordinarias porque el país se enfrenta a nuevas formas
de pandemia que exigen velar ante todo por la seguridad. «La seguridad
es salud. La salud es vida. La vida es seguridad.»
Sólo
un grupo de mujeres y hombres corrientes se atreverán a desmontar las
mentiras del nuevo régimen en el que todo aparenta mejorar, cuando en
realidad se vive bajo los abusos de poderosos sin escrúpulos.
Opinión personal:
Increíblemente no había tenido todavía el gusto de leer a Almudena Grandes y, tanto porque me la habían recomendado como porque le eché un ojo al libro en la librería y me llamó mucho la atención la sinopsis, decidí que este era el candidato perfecto para iniciarme con ella.
La historia nos muestra una España ficticia, situada unos años después de la pandemia del coronavirus. El Gran Capitán es uno de los empresarios más exitosos del país y, descontento con la situación política, decide que es el momento ideal de romper con el sistema conocido hasta ahora y partir de cero, algo que no será sencillo, pues necesitará de unos cuantos años para ir mentalizando a la gente de la necesidad del cambio y para establecer las bases de todo lo que supondrá el nuevo Estado.
El Gran Capitán desea construir un modelo que nada tenga que ver con el fascismo. Sin embargo, aprovechará la limitación de derechos que se produjo durante el coronavirus para, viendo la facilidad con la que los ciudadanos aceptaron esta situación, traer nuevos virus y beneficiarse de la situación.
Así, el Gran Capitán logrará hacerse con un país en el cual internet estará limitado a los trabajadores, las salidas a hacer algo tan cotidiano como ir al teatro o de compras solamente se producirán el día en que le correspondan a cada uno y, además, se privatizará prácticamente todo, empezando por las fuerzas de seguridad.
El Gran Capitán me ha parecido un personaje interesantísimo. Él cree completamente en lo que está creando y considera que hará un bien a la sociedad limitando prácticamente todos sus derechos porque, con sus políticas, por ejemplo, el desempleo se verá completamente reducido. Además, es inteligente y astuto, sabe rodearse bien y consigue con una asombrosa facilidad que todos aquellos de los que necesita ayuda terminen siendo afines a él. Además, no tiene escrúpulos y hará todo lo que esté en sus manos con tal de conseguir todo lo que pretende.
Este libro cuenta con una cantidad enorme de personajes. Esto tiene sus pros pero, a mi parecer, muchos más contras. Por un lado, te permite ver cómo personalidades completamente opuestas se van enfrentando a todo lo que les va tocando, las distintas actitudes de cada uno de ellos, lo cual enriquece la historia. Pero, por el lado negativo, creo que esa multitud de personajes hacen que el lector termine confundido en numerosas ocasiones.
Tengamos en cuenta que se nos presenta a un personaje y no volvemos a saber de él a lo mejor hasta cuarenta páginas después. A mí me ha costado mucho recordar quién era cada uno de ellos y cuál era su historia personal. Es cierto que al final del libro hay un resumen en el que aparecen todos los personajes y una pequeña descripción de ellos pero con esto también hay que tener cuidado ya que te puedes comer algún spoiler.
La ambientación me ha parecido de lo mejorcito del libro. Como os decía, nos sitúa en una España futurista la cual, tristemente, no me ha resultado tan disparatada. Eso sí, es imposible no sentir cierto desasosiego a medida que vamos leyendo viendo lo sencillo que resulta cargarse un país y, a la vez, restringir nuestros derechos.
Creo que la autora hace una crítica excelente de la situación política del país, y está claro también que es una historia que invita a reflexionar, tanto sobre la importancia de elegir bien en manos de quién dejamos el país, como de la necesidad de internet, como de la facilidad con la que nuestros derechos pueden ser limitados.
Se trata de un libro de cerca de 500 páginas divididas en diferentes partes, en función de cómo se encontraba la situación del país. Creía que lo leería pronto pero lo cierto es que, al haber tantos personajes, necesitaba tener todos mis sentidos puestos en él y avanzaba en la lectura a ritmo muy lento.
No puedo decir que este se haya convertido en el libro de mi vida pero sí que lo disfruté mucho. También es cierto que me atrapó desde la primera página pero, a medida que iba leyendo e iban apareciendo tantos personajes, llegué a confundirme y a descolgarme un poco de la historia, pero lo terminé satisfecha y feliz de haber tenido la ocasión de leerlo.
Llevaba tiempo queriendo reencontrarme con las distopías y nunca imaginé que fuera a hacerlo de manos de Almudena Grandes. Como sabréis, ha fallecido hace algo más de un año y yo no he tenido la suerte de descubrir su pluma hasta ahora que ya no está con nosotros. Lo bueno de no haberle dado antes una oportunidad a sus libros, es que todavía tengo a mi alcance una numerosa cantidad de historias que, estoy convencida, leeré en algún momento.
En definitiva, Todo va a mejorar es mi primera toma de contacto con la autora y ha sido de lo más positiva, ofreciéndonos una historia aterradora sobre una España ficticia en la cual los derechos de los ciudadanos están completamente limitados y de la cual solo destacaría como aspecto negativo la enorme cantidad de personajes que contiene.