Editorial: Esencia
Nº de páginas: 464
Precio: 20´90€
Tomo: Autoconclusivo
Adriana Peña, técnica de sonido de Navacerrada, vive tan enamorada del famoso cantante estadounidense Deacon Black que incluso lleva tatuada una frase de una de sus canciones. Por eso, cuando le ofrecen trabajar en la gira asiática de Deacon, acepta emocionada. Aunque su relación es puramente laboral, una noche coinciden en el spa del hotel y hablan de todo menos de trabajo. Disimular estando a solas con su crush se le hace muy difícil, pero debe ser profesional, así que se calla sus sentimientos.
Tras una dolorosa ruptura, Deacon se sumerge en su gira mundial y no quiere saber nada de su ex. Al finalizar el tour, Adriana lo invita a pasar las fiestas en su hogar en Navacerrada. Deacon, que odia la Navidad, acepta sin saber que el espíritu navideño lo espera.
¿Cómo lograrán Deacon y Adriana sobrevivir con sus diferencias?
Opinión personal:
Llevaba sin leer a la autora bastante tiempo, cosa que es rara en mí teniendo en cuenta lo mucho que me suelen gustar sus libros. Y es que todavía tengo dos suyos pendientes en casa pero, al ser este navideño, decidí darle una oportunidad primero. Eso por no hablar de la maravillosa edición, con los cantos rojos, que me parece una auténtica preciosidad.
Adriana es una técnica de sonido que admira muchísimo a Deacon Black, un famoso cantante que es su crush. Cuando recibe la oferta de participar en su gira, no duda en aceptar, pues le parece una oportunidad de oro para cumplir su sueño de progresar en su trabajo. Sin embargo, Adriana es, ante todo, una gran profesional, y en todos los meses que pasan juntos no tiene el más mínimo acercamiento con él a pesar de ser un chico muy cercano.
Hasta que llega el final de la gira. Ahí, algo sucede que hace que Adriana y Deacon puedan hablar largo y tendido y, cuando ambos deciden regresar a sus casas para pasar la Navidad, un motivo bastante endeble hará que Adriana le ofrezca pasar estas fiestas con ella y con su numerosa familia, quienes son unos amantes acérrimos de la Navidad y la celebran por todo lo alto.
A partir de ahí, a Deacon le costará dejarse contagiar por la magia de la familia, quienes además tienen serias dificultades para respetar la privacidad y no dudan en fotografiar todo cuanto acontece. Lo que más desea Deacon es tener tranquilidad y que la prensa no sepa donde se encuentra, y esa familia tan ruidosa parece no ponerle las cosas fáciles.
Adriana es una protagonista que me ha gustado bastante. Es una chica que, debido a una circunstancia familiar, podría tenerlo todo muy fácil a nivel laboral pero, aún así, ella prefiere currarse su carrera y trata de cumplir su sueño de vivir de lo que le gusta, algo que además se le da muy bien. Tiene mucho carácter y es muy familiar, pues pertenece a un núcleo muy unido y grande en el cual todos se adoran y se protegen.
Deacon es un personaje que también me gustó bastante. Durante lo poco que conocemos de la gira, me llamó la atención lo cercano que resulta pese a toda la fama que tiene pero, al llegar a Navacerrada, el pueblo de Adriana, me enfadó un pelín debido a su mal humor y a que parecía que todo le molestara. Que entiendo que no le guste la Navidad, pero al menos sé un poco cortés con esa gente que te ha recibido con los brazos abiertos. Y me ha enternecido también el motivo por el cual le cuesta tanto disfrutar de estas fiestas, y es que su pasado no ha sido en absoluto sencillo. Es un hombre duro y un tanto arisco que, una vez rascas un poquito, deja entrever a alguien adorable con un corazón enorme.
Los personajes secundarios del libro están muy bien construidos y son parte esencial del mismo. Destaco especialmente a Marieta, la abuela de Adriana, una mujer con mucho carácter pero siempre dispuesta a proteger a los suyos y es que ella es, sin lugar a dudas, la pieza clave de la familia. También me han gustado mucho los mejores amigos de Deacon, quienes están en la lucha por conseguir ser padres. Pero, en general, toda la familia de Adriana me ha parecido una maravilla y me ha encantado el papel que juegan Trece y Deacon, el gatito y el perrito de la familia.
El romance está bien, pero tengamos en cuenta que todo sucede en el mes de la Navidad, así que no tenemos una historia que se vaya cociendo a fuego lento, si no más bien que se desarrolla bastante deprisa. Tampoco es el típico instalove porque este surge después de horas y horas de contacto, pero no ha sido de los más creíbles.
La ambientación del libro me ha parecido una auténtica maravilla. Llevo ya unas cuantas historias con temática navideña este año y todos me han sabido a poco en este sentido, así que me ha fascinado encontrar por fin una que de verdad tenga a la Navidad como protagonista. Aquí acompañaremos a los protagonistas en todos y cada uno de los momentos propios de estas fiestas, desde la lotería hasta villancicos típicos de nuestro país. Vamos, que os trasladaréis sí o sí a la Navidad, ya que la familia la vive muy intensamente y lleva a cabo todas las tradiciones.
Se trata de un libro de unas 450 páginas que se lee bastante rápido. Cuenta con doble punto de vista, pudiendo acceder a los pensamientos tanto de Deacon como de Adriana. Los capítulos tienen una duración media. La trama avanza a buen ritmo así que no creo que se os haga pesado en ningún momento y, lo mejor de todo, es ir leyéndolo en estas fechas y viendo cómo algún momento de la lectura coincide con lo que están viviendo los protagonistas.
Si esperáis una historia increíble que os sorprenda a cada momento, ya os digo que esta no es la adecuada. Se trata de un romance de lo más sencillo que cuenta con el plus de la Navidad pero, por lo demás, están todos los elementos característicos de la prosa de la autora. Y es que el problema con Megan Maxwell es que, una vez lees un libro suyo, ya los has leído todos porque la variedad es escasa en sus tramas. Aún así, es una escritora que a mí me gusta y por eso siempre termino recurriendo a ella. Además, no sé por qué motivo escribe muy a menudo historias con protagonistas famosos, algo que a mí no me gusta nada, pero bueno, no niego que al final siempre termino disfrutando de sus libros igualmente.
Por lo tanto, aunque en este libro no sucede nada novedoso y he sentido por momentos que estaba leyendo algo que ya había leído anteriormente, sin lugar a dudas es mi mejor lectura navideña de todas las que llevo, que ya son cinco con esta. Al menos la ambientación está muy cuidada y la autora consigue crear ese ambiente cálido que te permite vivir la Navidad a través de sus personajes.
En definitiva, Una Navidad muy fun, fun, fun no es una novela de la que puedas esperar gran cosa pero consigue muy bien su cometido de trasladarte a la Navidad, teniendo como protagonistas a una pareja muy carismática con una familia de lo más peculiar que te hará disfrutar del modo en el que viven estas fiestas.
