Editorial: Contraluz
Nº de páginas: 464
Precio: 22´50€
Tomo: Autoconclusivo
Aurora es joven, tiene trabajo, un círculo de amigas, vive sola en la ciudad, sale cuando quiere y se encama con quien quiere. Es decir, aparentemente la típica vida de una joven urbanita feliz, si no fuera por que en su existencia nada va como debería ir: su compañero de vida y de hipoteca la ha dejado, casi ni habla con sus amigas para no tener que explicarles cosas a las que no tiene muchas ganas de enfrentarse, y a su familia prefiere tenerla lejos, no sea que le reprochen que haya perdido a tan buen chico.
De modo que ha decidido no coger vacaciones y trabajar en plena canícula de agosto en una ciudad medio desierta, en una oficina a medio gas y viviendo en un edificio medio vacío.
Y por este solitario panorama corre Brais, ese niño superdotado que vive en la escalera y que no hay manera de quitarse de encima. También están los rolletes que recoge los sábados por la noche de la barra de cualquier bar y que le dejan tan mal sabor de boca, y las novelas eróticas que la entretienen o, quien sabe, la salvan.
Pero sobre todo está el elefante, ese elefante rosa en medio de la sala.
Opinión personal:
Al poco de publicarse este libro, empecé a sentir mucha curiosidad por él, así que mi hermana me sorprendió regalándomelo. Sin embargo, lo fui dejando en la estantería olvidado y, cuando se trataba de escoger lectura, jamás lo tenía en cuenta. Hasta ahora.
Aurora es una chica de treinta y un años que no atraviesa, en absoluto, el mejor momento de su vida. Ha roto con su pareja, Xoán, con el que llevaba mucho tiempo, y esto ha hecho que no quiera ver a su familia y tampoco a sus amigas, pues no se siente capaz de hacerlos partícipes de la ruptura.
Y es que, además, Aurora se siente muy culpable por haberlo dejado con Xoán. La chica padece TOC, y este controla por completo su vida. Ha habido momentos en los que lo ha llevado un pelín mejor, pero ahora su ansiedad se ha disparado de nuevo y no consigue encauzar su día a día.
En medio de todo este desasosiego, aparecerá Brais, un niño de diez años que vive en su mismo edificio, al que se ha mudado no hace mucho. El pequeño no deja de hacer preguntas a Aurora y parece tener completamente controlada su vida. Nuestra protagonista se muestra, en un inicio, incómoda, pero según va pasando el tiempo no dejará de sorprenderse por la inteligencia y la empatía del niño y su relación con él será cada vez más especial.
Aurora es una protagonista que me ha gustado bastante. Es joven, impulsiva y muy reservada con sus cosas. Pero es muy difícil realizar una descripción de su personaje porque la mayoría de sus acciones están condicionadas por su TOC. Aunque he logrado empatizar mucho con ella en ese sentido, es innegable que por momentos molesta un poco cuando ves que está a punto de hacer algo que claramente la beneficiaría y a continuación se echa atrás. Pero eso también forma parte de la magia del personaje, ya que no es la típica protagonista con una vida fácil que solo necesita ir al trabajo, conocer gente y poco más. No, Aurora lidia día a día con un problema que condiciona muchísimo su vida y es inevitable sentir su desesperación por tener que asumir que le ha tocado vivir con ello.
Pero, si hay un personaje de este libro al que he adorado por completo ha sido Brais. Qué maravilla de niño, de verdad. Me ha dado mucha ternurita, tanto por su situación como por cómo se preocupa por Aurora. Resulta increíble que alguien de tan corta edad sea capaz de entenderlo mucho mejor que cualquier adulto, y es que tiene un corazón enorme. Así lo demuestra, entre otras cosas, cuando le hace llegar a la chica una gatita que ha encontrado en la carretera. Me ha conmovido mucho en ese momento.
El tema principal del libro, sin lugar a dudas, es el TOC de la protagonista. Es por ello que considero que no es una historia para todo el mundo, pero a mí me ha encantado por la manera en que lo enfoca la autora. Yo no lo padezco, pero sí que llevo muchos años lidiando con la ansiedad y he podido verme muy reflejada en ella, especialmente en cuanto a los pensamientos intrusivos que, aunque los suyos son mucho más complejos, entiendo perfectamente de qué habla.
Me parece que este libro es una obra de arte en este sentido. Casualmente ya he leído este año Cómo esconderse a plena vista, que trata el mismo tema, pero considero que No pienses en un elefante rosa lo trata aún mejor. Como os decía antes, yo entiendo que pueda resultar una historia aburrida para gente que no esté interesada en absoluto en el tema, pero en cuanto a manera de abarcar la salud mental me ha parecido una maravilla, no solo porque resulta muy sencillo empatizar con la protagonista, si no porque creo que le da voz a un trastorno muy mencionado pero muy poco conocido realmente.
Y no se centra únicamente en el TOC, si no que hace referencia a otros temas muy relevantes en relación con la salud mental como puede ser la espera que sufren los pacientes en el sistema público y cómo esto complica la recuperación, teniendo que recurrir en muchos casos a clínicas privadas ya que, lamentablemente, no se apuesta por contratar psicólogos y psiquiatras suficientes en el sistema público. Y, por cierto, me han parecido muy interesantes las intervenciones de la psicóloga de Aurora.
Quizás sí que he echado un poco en falta que haya habido una trama más allá del TOC. Es cierto que hacia el final se produce un avance brutal que nos permite conocer muchos más temas referentes a gente del entorno de Aurora, lo cual me ha resultado muy interesante, pero hasta ahí he sentido que la trama estaba siendo un poco floja.
Se trata de un libro de unas 460 páginas que, aunque pueda parecer lo contrario, se lee muy rápido. Está dividido en diferentes partes y se van pegando saltos en el tiempo, de manera que podamos descubrir a Aurora en la actualidad, para trasladarnos al pasado y ver cómo fue siendo consciente de que padecía TOC.
Por lo tanto, sí, os recomiendo muchísimo este libro. Pero que sepáis que no vais a encontrar en él una historia de amor, una comedia fresca o algo similar, aunque por la portada pueda parecerlo un poco. Sí, tiene sus toques de humor a pesar de lo dura que resulta la historia, pero no es la tónica general.
En definitiva, No pienses en un elefante rosa es un libro que me ha sorprendido mucho, pues esperaba una comedia ligera y no una historia tan cruda y realista que se meta de lleno en la vida de una protagonista con TOC y cómo esto la condiciona en absolutamente todos los ámbitos de su vida.
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