HARRIET Y WYN han sido la pareja perfecta desde que se conocieron de adolescentes. Son complementarios como la sal y la pimienta, el té y el limón, el aceite y el vinagre. Solo que ahora, por razones de las que todavía no hablan, ya no lo son. Rompieron hace cinco meses y todavía no se lo han dicho a sus mejores amigos.
Por eso acaban compartiendo habitación en la casa de verano donde, desde hace una década, hacen una escapada al año todos juntos. En el transcurso de una semana luminosa y animada, se evaden del mundo, dejan atrás los problemas de la vida cotidiana, toman cantidades desmedidas de queso, vino y marisco, y se impregnan del salitre de la costa rodeados de las personas que mejor los entienden.
Pero este año, Harriet y Wyn están mintiendo a conciencia mientras intentan ignorar lo mucho que todavía se quieren. Porque la casa está en venta, y esta es la última semana que podrán pasar allí. No quieren romperles el corazón a sus amigos contándoles la verdad, así que fingen que todo sigue igual. Harriet seguirá siendo la entusiasta residente de cirugía que nunca empieza una discusión, y Wyn el chico encantador y relajado que no deja que sus problemas trasciendan. Es un plan aparentemente impecable. Tras años enamorados, no debería ser difícil fingir ante las personas que mejor los conocen. ¿verdad?
Harriet y Wyn son pareja desde hace mucho años y, para sus amigos, representan algo así como el ideal del amor. Sin embargo, algo ha sucedido unos meses atrás y han roto. La intención de los chicos es comunicarle a toda su gente que su relación ha finalizado pero, por diversos motivos, lo han ido posponiendo.
Desde hace muchos años viajan con su grupo de amigos, Sabrina, Parth, Cleo y Kimmy y este verano no iba a ser diferente. Todos ellos tienen por costumbre reunirse durante una semana en la impresionante casa de Sabrina, lugar en el que son enormemente felices y que siempre es su punto de encuentro. Todos ellos aman ir allí, pero para Harriet y Wyn este año será complicado porque saben que deben comunicar su ruptura.
Sin embargo, al poco de llegar, Sabrina les comunica a sus amigos que ese va a ser el último año que puedan disfrutar de la casa, pues su padre va a venderla. Todos ellos se sentirán bastante afectados por la noticia, especialmente Sabrina, porque ese es el lugar en el que siempre se ha sentido segura y feliz. Es por ello que Harriet y Wyn deciden disfrutar de ese último verano juntos fingiendo ante sus amigos que todavía siguen juntos.
El grupo de amigos me ha gustado mucho. Todos ellos aportan mucho a la trama, cada uno con su característica personalidad pero, sin lugar a dudas, mi favorita ha sido Sabrina. Es una chica que siempre lo ha tenido todo a nivel económico, una locuela que trata de proteger a sus amigos y que disfruta enormente con la felicidad de estos. He logrado empatizar bastante con ella a lo largo del libro porque se aferra con todas sus fuerzas a esa casa porque sabe que, con su venta, va a perder el único lugar en el que siempre se ha sentido bien. De verdad que me ha enternecido mucho esta chica, pero Kimmy, Parth y Cleo tampoco han estado nada mal.
El romance me ha gustado en el sentido de la ternura que desprenden los protagonistas, pero no puedo decir que me haya logrado atrapar del todo. La historia irá pegando saltos en el tiempo, de manera que veremos cómo llevan la situación de tener que fingir que son pareja en la actualidad y, en diferente capítulos, nos trasladaremos al pasado para descubrir cómo se inició su relación y cuál fue el motivo que la detonó.
En cuanto al motivo de la ruptura, he de decir que me he sentido bastante decepcionada. Viendo lo mucho que se quieren y se protegen, queda claro desde el principio que algo muy grave ha tenido que suceder para que Wyn haya decidido darle carpetazo a lo suyo con Harriet y lo cierto es que, cuando lo descubrimos, yo me he quedado completamente impasible porque no me parecía para tanto. Sí, el motivo es comprensible, pero la manera en la que lo gestionó Wyn no.
Otro aspecto que no me ha gustado es que llevan unos cinco meses separados y, de pronto, parece que no hay nada que impida que estén juntos. Sí, sé que tienen que fingir delante de sus amigos, pero creo que hay maneras y maneras y que lo suyo se soluciona de una manera demasiado precipitada y poco creíble.
Como aspecto positivo, tengo que resaltar que me gusta que se traten ciertos temas como la complejidad de las relaciones familiares, así como los problemas de salud mental. Considero que la autora los trata con muchísima delicadeza y naturalidad y resulta muy sencillo empatizar con los personajes. También me ha gustado la forma en la que se trata el tema de la amistad y, en ese punto, hasta me he emocionado un pelín por lo triste que resulta cuando una amistad se va resquebrajando por los distintos caminos que vamos tomando en la vida.
Se trata de un libro de unas 380 páginas que, si te atrapa desde el principio, lo leerás en un suspiro, pues los capítulos son bastante cortos. No ha sido mi caso, pues me ha costado mucho engancharme a él y el momento de lectura se me hacía poco apetecible porque la historia no me terminaba de atrapar, teniendo que tomar ciertos descansos en medio de la misma debido a que me enganchó tan poco que me costaba mucho leer del tirón. Y, por cierto, contará únicamente con la perspectiva de Harriet.
Por lo tanto, tengo que confesar que me he sentido decepcionada al finalizar este libro y creo que es el que menos me ha gustado de la autora. Creo que no he conseguido conectar con los personajes y el romance tampoco me ha maravillado. No le doy menor puntuación porque me gusta cómo afronta ciertos temas y porque la pluma de la autora me gusta pero, en general, si queréis empezar con Emily Henry, no es la lectura que os recomiendo.
Y ahora la gran pregunta es si repetiré con la autora ya que he terminado todo lo que tenía en la estantería y la respuesta es que posiblemente sí. Teniendo en cuenta que Gente que conocemos en vacaciones es una de mis mejores lecturas del año, creo que ya es motivo suficiente para plantearme leer otros libros suyos. Ya solo me faltan Una historia divertida y Una vida maravillosa, que se ha publicado hace poquito en España, así que a ver si me animo y os cuento.
En definitiva, Un lugar feliz es un libro al que le ha costado mucho atraparme, con unos personajes muy monos pero con los que no he conseguido conectar, y un romance precioso pero al que considero que le falta garra y que no está demasiado bien justificado en determinados momentos.
Hola :)
ResponderEliminarTengo que animarme y leer las historias de esta autora. El argumento de este libro me llama bastante la atención y me gusta los temas que trata, así que me lo llevo apuntado ya mismo.
Besos