Finn siempre ha querido a Autumn. No es simplemente su vecina, ni la hija de la mejor amiga de su madre: lo es todo para él. Pero su novia no es ella, sino Sylvie. Finn nunca haría nada que pudiese hacer daño a Sylvie, así que es imposible que Autumn se entere de lo que siente.
Jack, el mejor amigo de Finn, no lo tiene tan claro. Ha visto cómo se comportan Autumn y Finn cuando están juntos. ¿Cómo es posible que Autumn no se dé cuenta? ¿Puede Jack proteger y apoyar a su mejor amigo cuándo el desengaño es inevitable?
Autumn se rodea de libros y quiere escribir su propio destino; dejar atrás los errores del pasado y volver a vivir.
El libro da comienzo con la voz de Finn, poco antes del trágico accidente que terminó provocando su muerte. Ahí veremos cómo fueron sus últimos momentos, cuando por fin decide dar un paso adelante y apostar por Autumn.
Posteriormente, será Jack, el mejor amigo de Finn, quién nos traslade cómo fueron los días posteriores al fallecimiento y la manera en la que él lo afrontó. Será así cómo descubramos su relación con la madre de Finn y con Autumn después del suceso.
Y, ya por último, será Autumn la que nos cuente cómo vivió la muerte de Finn, las dolorosas decisiones que tomó y cómo afrontó su embarazo. Seremos partícipes de su duelo, así como de su lucha por salir adelante e intentar querer a su hijo, que es lo único que le queda de su amado.
En cuanto a los personajes secundarios, creo que la historia flaquea bastante en este sentido. No se entiende que la madre de Finn haya perdido a su hijo y apenas se le dé valor a esto, siendo un personaje completamente plano que parece ni sentir ni padecer. Tanto ella como la madre de Autumn me han parecido completamente irrelevantes en este segundo tomo, y eso que se le da bastante protagonismo.
Comencé este libro con una idea equivocada, y es que creía que Finn iba a ser el único narrador y que nos iba a contar la historia con Autumn desde sus inicios, lo cual me daba bastante pereza. Sin embargo, esto no es así para nada y él simplemente nos hablará de los momentos previos a su muerte, lo cual no me ha aportado absolutamente nada porque es un personaje completamente insulso. La parte de Jack sí que me ha parecido un acierto y ha sido mi favorita, y reconozco que también me ha gustado saber cómo continuó la vida de Autumn tras el trágico suceso, aunque tampoco vayáis a pensar que nos contará su vida mucho tiempo después, no, la acompañaremos únicamente a lo largo de unos cuantos meses.
En cuanto al desenlace, he de decir que no me ha convencido. Como la autora creía que no había metido suficiente drama, aún trata de colar otro totalmente innecesario que nos deja la duda de si la suerte sonreirá algún día a esta familia por fin. Otro drama metido con calzador sin el más mínimo sentido.
Se trata de un libro de unas 410 páginas que se lee bastante rápido. Los capítulos tienen una duración media, siendo más bien cortitos y, como os dije anteriormente, está dividido en tres partes. A mí la primera, la de Finn, se me hizo soporífera, así que me vi en la obligación de empezar otro libro porque si no igual caía en bloqueo lector. Por suerte, desde que empieza la parte de Jack, todo fluye mucho mejor.
Por lo tanto, es un libro que ha ido de menos a más y que he podido terminar disfrutando en cierta manera. Aún así, creo que es un libro totalmente innecesario y que esto ya es rizar el rizo, porque la historia ya estaba perfectamente cerrada y esto no aporta nada que el lector realmente necesitase conocer.
Esta bilogía ha supuesto una decepción considerable para mí, tanto que, a pesar de haber leído la primera parte hace poco, al empezar este he sentido que ya no recordaba prácticamente nada del anterior. Pero si hay algo que odie es que se trate de meter drama de manera innecesaria y esto es una constante a lo largo de toda la bilogía, así que dudo mucho que vuelva a repetir con la autora.
En definitiva, Si se lo hubiera dicho es un libro que se deja leer pero que a mí me ha parecido completamente innecesario, pues no aporta nada nuevo y la versión de Finn podrían haberla omitido perfectamente, pues resulta insulsa y hace que el inicio del libro resulte muy monótono.