Editorial: Esencia
Nº de páginas: 480
Precio: 16´90€
Tomo: Autoconclusivo
Eva es una mujer independiente, segura de sí misma y muy unida a su adinerada familia, a pesar de que sus hermanos, en ocasiones, no se lo pongan nada fácil.
Tras un fracaso amoroso en el pasado decidió volcarse en sus restaurantes, y es su trabajo de chef lo que llena su vida.
Marc Sarriá, más conocido como doctor Sarriá, es un prestigioso y querido cirujano oncólogo en un hospital privado de Madrid. Hace unos años tomó la decisión de vivir el presente y no plantearse el futuro más allá del día a día.
Los caprichos del destino hacen que dos personas tan distintas como Eva y Marc se conozcan una tarde en una azotea y terminen la noche como nunca imaginaron. De pronto y sin proponérselo, ¡acaban convirtiéndose en inseparables!
Eva se da cuenta entonces de que existe vida más allá del trabajo, de que la presión, si la controlas, no hunde sino ayuda, y de que el amor, cuando se trata de amor verdadero, es ineludible.
Opinión personal:
Megan Maxwell no puede faltar en ninguno de mis veranos y, como tengo varios de sus libros pendientes de lectura, no sabía por cuál decantarme. Finalmente, este ha sido el que más curiosidad me causó y como no está relacionado con ningún otro libro, creí que era la mejor opción.
Eva es una mujer de más de cuarenta años que lleva exactamente la vida que quiere. Se ha criado en medio del lujo y no sabe lo que es pasar penurias económicas pero, lejos de acomodarse por el dinero que poseen sus padres, decidió emprender una nueva vida como empresaria y, tanto sus restaurantes como sus hoteles son todo un éxito.
Eva no está casada ni tiene hijos. Es más, disfruta dejándose llevar por la pasión sin llegar a comprometerse con nadie. Adora a sus padres y a sus hermanos, Héctor y Adrián pero, sin embargo, con su hermana menor, Teresa, tiene una relación pésima ya que es una clasista de cuidado.
Marc, por su parte, pertenece a una familia humilde y, con mucho esfuerzo, ha conseguido labrarse una exitosa carrera como cirujano oncólogo. Sus experiencias del pasado le han hecho desear disfrutar del momento, no hacer planes y vivir el día a día, lo que le resulta mucho más sencillo en compañía de su adorada perrita Olimpia.
Eva es un personaje que me ha gustado bastante ya que es una mujer que, pese a tener muchas facilidades económicas y poder vivir del cuento tal y como hace su hermana Teresa, ha decidido aprovechar todos esos privilegios para formarse y llegar lejos en su profesión. Me ha encantado de ella su independencia, cómo vive su vida sexual sin ataduras y el hecho de que es una mujer muy familiar. También tiene mucho carácter y, aunque es generosa y siempre sabe estar para todos, con su hermana Teresa saca lo peor de ella porque esa chica posee todo lo que ella odia en una persona.
Marc es un personaje que también me ha gustado. Debido a su enorme esfuerzo, ha conseguido ser reconocido como un gran profesional pese a no llegar ni a los cuarenta años pero es que lo mejor de él no es solo que sea un excelente médico, si no que posee una enorme empatía que sus pacientes, los cuales son personas en una situación delicadísima, agradecen muchísimo. Para él su familia también es muy importante ya que perdió a su padre siendo bastante joven y su madre ha hecho numerosos esfuerzos para que, tanto él como su hermano, hayan salido adelante. La educación que esta mujer le ha dado han hecho de él un hombre con unos maravillosos valores.
La historia de amor me ha gustado porque me ha resultado bastante creíble. No es el típico romance que surge enseguida aunque alguna cosa, dadas las circunstancias que solo conoceréis si leéis el libro, hacen que todo deba ir un poco más rápido. Me ha gustado que son dos personas que, sin esperar nada, se dejan llevar, permitiendo que la vida los sorprenda.
Como en casi todos los libros de Megan Maxwell, los personajes secundarios tendrán un enorme peso. Será así cómo descubramos a los hermanos de Eva, los cuales me han gustado mucho porque todos ellos tienen personalidades muy distintas y unos nos causarán ternura mientras que otros nos provocarán desprecio. También me ha encantado conocer a Felipe, el hermano de Marc, quién me ha resultado un chico muy tierno y al que incluso me habría gustado conocer más así como Caro, la sobrina de Eva.
Muchas veces leemos libros de Megan Maxwell para echarnos unas risas pero en esta ocasión tengo que deciros que no será así, si no más bien al contrario. La historia cuenta con una carga considerable de drama, lo cual yo no esperaba para nada. De haberlo sabido no sé si le habría dado una oportunidad en este momento porque toca temas muy dolorosos, pero me ha gustado bastante cómo se enfocan y creo que la autora consigue transmitir a la perfección el sufrimiento y el desasosiego. Por lo tanto, sí, he disfrutado mucho de la lectura, pero también he sufrido.
Si tenéis la duda de si es una más de las muchas historias similares que escribe Megan Maxwell, pues bueno, ella tiene un estilo muy marcado y el estilo de la protagonista es similar al de todas las mujeres de los libros de la autora pero, en lo referente a la historia, creo que se diferencia bastante por ese toque dramático que, aunque no es el único libro que lo contiene, sí que no es lo más habitual.
Es un libro que yo os recomiendo por diversos motivos, tanto por los protagonistas, los cuales me han cautivado, como por el hecho de que no se trate simplemente de una historia de amor, si no que tiene un trasfondo bastante más complicado y que incluso nos hace reflexionar pero es que, además, se lee enseguida porque, aunque cuenta con unas 440 páginas (la parte final son recetas), es una historia muy llevadera y entretenida que os invita a leer más y más.
En definitiva, Hay momentos que deberían ser eternos me ha parecido una bonita y tierna historia de amor, un reencuentro magnífico con la autora en el que no solo hay espacio para el romance si no también para el drama así que, os lo advierto, preparad pañuelos.
